La Colmena

Cuando empezó a leer La Colmena, por Camilio José Cela, no me gustó mucho a causa del lenguaje y el desorden de la cronología. Aunque, con cada página entendí más sobre lo que Cela trataba de decir sobre la climita de la posguerra en España. Las imágines que usa para describir, el hambre, el frío, y toda la pobreza, llegan a ser obvio por las secuencias. Otras temas que están presentes como, el dinero, la prostitución, la represión, recurren a menudo. Todo concentra en lo que la gente puede hacer para salvar sus vidas. La secuencia que me interesa mucho fue Julita y Dona Visi con el contraste entre madre e hija. La madre es el único personaje que tiene mucha esperanza durante estos tiempos tan duros pero Julita mira a ella como una tonta que no sabe nada de la realidad. La ironía es que al mismo tiempo, el novio de Julita, Ventura, se la engaña por decir que quiere casarse con ella, por solo la usa. Como su mama, Julita tiene ganas de tener la vida como un cuento de hadas, pero como la novela, es un círculo vicioso que continua. Creo que relato a la idea de mimesis con este ejemplo porque tiene lo más creable situación de realidad. Otros ejemplos de las temas incluyen, la necesidad de dinero con Doña Rosa y el café. Ella es muy barata con sus cosas y los empleados, y dice mucho del necesario por ser una persona más fuerte. Igual pero distinto, es el caso de Victorita y su novio tuberculoso quien tiene que vender el cuerpo para comprar medicina. Cela nos ofrece la imagen de unas mujeres muy fuertes, y parece que durante esta época ellas se sacrifican su femineidad para el general sentido de sobrevivir. La prostitución llega a ser algo necesario, con Victorita, o un deseo como, Purita y Elvira. Al final tenemos Martín Marco, el poeta, quien está castigado por la policía al fin de la novela. Aunque, esto no pasa mientras que leamos, solo sabemos que iba, pero Martín solo piensa en su futuro y la continuación de su vida y su realidad.