miércoles, 18 de marzo de 2009

La cripta embrujada

Nicole Farucci

En la novela La cripta embrujada por Eduardo Mendoza, uno de los aspectos importantes del estilo en la obra es el juego estético. El juego estético en esta novela es el uso del misterio, el suspense y el ingenio para formular una mezcla de una novela policíaca y una novela negra. En La cripta, el detectivo utiliza estos juegos para amplificar el sentido de ambigüidad para el lector. El misterio y el suspense son instrumentos útiles para crear un deseo en el lector a seguir leyendo. El misterio de La cripta existe en las preguntas que forman durante las escenas de la novela. Los misterios como lo que pasó con las niñas del colegio, el éter en la cripta y la relación entre Mercedes e Isabel ayudan a amplificar el interés del lector con el cuento. En unos de los capítulos en La cripta, el narrador utiliza el suspense para dirigir el lector al siguiente capítulo con prometos de explicar algunos misterios de la novela. Este suspense combina con las preguntas del lector sobre lo que pasó en la obra para formar dos partes del juego estético.

Los ejemplos del ingenio del detective existen en sus usos de identidades diferentes para ayudar a resolver el caso. Cuando habla con el jardinero, se llama Don Arborio Sugrañes o Ferveroso Sugrañes para parecer informado en los temas de interés para los personajes. Se llama Don Ceferino Sugrañes “concejal del Ayuntamiento y propietario de bancos, inmobiliarias, aseguradoras, financieras, constructoras, notarías, registros y juzgados” a la polícia para obtener alguna influencia en la situación. La más interesante en mi opinión es su identidad del joyero para entrar en la casa Peraplana. Para mí, el ingenio del detective y los otros aspectos del juego esético son las cosas que llaman mi atención durante la novela y me mantienen en un estado de maravilla durante toda la novela.

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